Sterligov y su extraño cambio
Publicado por Kadosh in Articulos on 30 junio 2007
No son de oro, pero Guerman Sterligov manosea los huevos de su gallina como si acabaran de salir del taller de Fabergé, el famoso orfebre de los zares Romanov. «Tóquelos, tóquelos. Aún están calientes», dice con gesto satisfecho en medio del granero. «Ésta es mi verdadera fortuna», sentencia con una mirada traviesa, algo pilla. Los ojos azules de Guerman Sterligov carecen de ese brillo ingenuo del labriego que se desoja pendiente del rebaño de las nubes. Viste, come y calza como un campesino del siglo XIX, pero en su mirada quedan rescoldos de desconfianza, restos de la ceguera causada por el símbolo del dólar que llevó durante años tatuado en las pupilas. «Cuando era millonario iba a todas las reuniones armado. Podían matarte en cualquier momento y ése era el pan de cada día. Nuestras familias siempre llevaban guardaespaldas», recuerda para Magazine mientras apura un cuenco de alforfón, que remueve sonoramente con la cuchara. En aquellos años de voraz capitalismo, Sterligov nunca se separó de su pistola Nagán.
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Arrodillado ante su último corderito, cuesta creer que este hombre adorase el «becerro de oro» como lo hizo. Resulta difícil imaginárselo con corbata caminando por el centro financiero de Nueva York, donde vivió año y medio con su esposa, Alona, y su primera hija, Pelagueia, en un apartamento de lujo (con sirvienta negra incluida). Hoy, su casita de madera, de unos 20 metros cuadrados en dos plantas, se distribuye en torno a una estufa de leña. Sillas de montar, cartucheras, ollas y samovares se apilan a la entrada. Los cuatro niños varones, de 10, 6, 4 y 2 años, pululan huidizos por la hacienda con la cara manchada por chorretones de barro. «¡Aquí hay un huevo!», grita uno de ellos. Hacen castillos de arena, ignorando tal vez que su padre tuvo un castillo de piedra en Normandía, donde no pasó una sola noche. Los niños dejan de jugar con sus camiones de plástico entre los charcos y miran al periodista forastero como si acabara de aterrizar en un ovni. El más pequeño, Mijei, nació lejos de la ciudad y aún no dice ni pío en medio de las aves de corral.
Entre vacas lecheras, cortando leños de un hachazo o subido a su caballo con gabardina de cuatrero, Guerman Sterligov es la imagen opuesta de aquel joven ambicioso que hace 17 años fundó la primera bolsa de valores de Moscú. Había que tener mucho valor para dedicarse a los negocios en los primeros años 90, cuando los grandes monopolios estatales fueron pasto de las mafias organizadas. «Había una sensación constante de combate entre distintas bandas por dividirse la propiedad», recuerda Sterligov en el patio de la casa, de donde cuelga el único objeto que trae ecos de su pasado dorado: la campana de su bolsa.
Ahora la utiliza para llamar a comer a los suyos. Como una simbiosis rudo-mística entre John Wayne y Tolstoi, el primer capitalista poscomunista lleva cuatro años retirado de la civilización y encomendado a la fe ortodoxa (en su terruño hay una pequeña capilla de madera). Comen de lo que crían y en verano cultivan la huerta. Sólo ocasionalmente compran sal, cerillas, arroz y limones en la localidad de Mozhaisk, a unos 30 kilómetros.
–«¿Le queda algo de su fortuna?».
–«Todo el dinero que tengo está en el bolsillo de mi chaqueta. No me quedó nada. Cuando lo necesito vendo alguna de mis ovejas a mis amigos millonarios. Me las pagan bien», ríe el ex oligarca.
Sterligov no cambiaría el capitalismo salvaje de antaño por este paraíso natural donde vive, sin electricidad ni agua corriente, al viejo estilo de los muyik o campesinos rusos. No tiene pasta gansa. Pero tiene patos, corderos, ovejas y gallinas que sacrifica para comer. Su mujer Alona, de 38 años, ha cambiado sus modelitos de Dolce & Gabbana por el pañuelo y la falda larga. Las estrictas normas del patriarcado no parecen disgustarla. «Vivo bien aquí. Mi marido es el mismo, mis hijos son los mismos. Mi vida no cambió mucho. Cuando vivíamos en Rubliovka [colonia de los nuevos ricos en Moscú] no teníamos muchos contactos», dice con cierta resignación. La mujer ofrece un vaso con zumo de abedul al visitante. «Cuando era joven y guapa, no podía dejarla salir porque llamaba mucho la atención», dice Sterligov sin pizca de ironía.
Nuestro coche se tuvo que quedar en el poblacho de Astafevo. Más allá, el camino de tierra bacheada que surca la aldea se diluye frente a una vasta extensión de campo asilvestrado, de trigales sin recolectar. Con sus cortezas blancas, los abedules se adivinan como enormes espinas de pescado clavadas en medio de un horizonte sin montañas. Estamos a 200 km de Moscú, en el punto donde Sterligov ha citado a Magazine. La radio no funciona. Sólo captamos la sintonía del viento, que zumba en los oídos borrando el recuerdo del tráfico diabólico y la polución mefítica de Moscú. Estamos bastante cerca de Borodino, el mítico paraje donde Napoleón y Kutuzov firmaron tablas en la última batalla que precedió a la hecatombe de la Grande Armée en Rusia.
Aire marcial. Tiene que ser él. A lo lejos, una silueta ecuestre se acerca al trote. A lomos de un brioso caballo alazán, Guerman Sterligov hace acto de presencia con porte de general de campo. A sus pies, entran ganas de preguntarle cuál es la posición de las tropas enemigas. Para llegar hasta su oasis hemos de recorrer a pie unos tres kilómetros campo a través. Seguimos a su caballo por surcos de barro encharcados, a través de campos que en su día fueron parte de un koljoz, las granjas comunales administradas por el estado soviético. Sin hoz comunista que las rasure, los hierbajos crecen en desorden. Tras superar dos planicies de yerba amarilla y un bosquecillo, llegamos al edén decimonónico, que se aparece como un rústico espejismo cercado por una valla de madera. Una casa, un establo, un corral y una capilla forman el conjunto. El cloqueo de las gallinas es el único minutero en estos pagos, donde el tiempo parece detenerse.
«Antes vivía en un apartamento siempre rodeado de guardaespaldas y ahora no los necesito. Vivo en una extensión enorme... Aquí los únicos guardaespaldas son mis perros», dice Sterligov junto a Alisa, un perro ovejero caucásico que ha heredado el nombre de la mascota de su etapa de ricachón, la perra Alisa. Así llamó también a su pionera bolsa de valores. Gracias a este negocio, en el que organizó un sector de créditos, se convirtió de la noche a la mañana en el primer multimillonario de la Unión Soviética con sólo 23 años. Hoy reconoce que oligarcas como él o Berezovski (el millonario judío exiliado en Londres) «saquearon el país». No en vano, el propio Sterligov reconoce que se valió de un «truco» para evadir impuestos: «No pagamos al Estado ni un kopek [centésima parte del rublo] porque todos nuestros contratos en papel los formalizábamos con nuestra propia divisa ficticia ‘aliska’».
En aquellos años de libertinaje financiero, Sterligov se sentía como pez (gordo) en el agua. Su bolsa atrajo a los aspirantes a oligarca más espabilados, los mismos que medraron después a la sombra de Boris Yeltsin para caer en desgracia en la era de Vladimir Putin. Oligarcas como Vladimir Gusinski (hoy exiliado tras perder su imperio mediático Media-Most en 2001) o Mijail Jodorkovski (el magnate del petróleo encarcelado en Siberia por estafa) fueron a pedirle préstamos cuando sus negocios estaban en fase embrionaria. De alguna forma, Sterligov fue la comadrona de sus emporios. «Teníamos una habitación llena con sacos de dinero que llegaban hasta el techo», recuerda. Ahora sólo tiene montones de leños cortados a los pies de su cabaña.
En la Rusia de Vladimir Putin han medrado sólo aquellos oligarcas que supieron renunciar a sus ambiciones políticas, tales como Viktor Vekselberg (que en 2004 compró nueve huevos de oro Fabergé que iba a subastar Sotheby’s y los legó al Estado) o Román Abramovich, el dueño del club inglés Chelsea cuya fortuna alcanza hoy los 21.000 millones de dólares. Las reformas de choque amparadas por Yeltsin y la subasta pública de empresas arruinaron a gran parte del pueblo ruso en los 90, mientras que una pequeña elite se enriquecía. Hoy, los multimillonarios suman 88.000 en toda Rusia.
Con Rockefeller. Cuando era el más rico entre los rusos, los estadistas Mijail Gorbachov y Boris Yeltsin lo invitaban a sus fiestas de cumpleaños en el Kremlin. En otra ocasión, fue con Artiom Tarasov (el vicepresidente de la Asociación de Cooperativas asociadas de la URSS, con el que Sterligov compartió el título de «primer millonario soviético») a una reunión anual de multimillonarios en Hawai. Allí Rockefeller le dio su bienvenida al club con un choque de manos.
En los retratos de su época dorada, aparece como un joven enclenque, escondido bajo enormes gafas y un flequillo esquemático. Entonces lucía un bigotillo ralo que, hoy, a sus 40 años, ha dejado paso a una barba boscosa, descuidada e hirsuta. «No conservo fotos de entonces porque no quiero que mis hijos vean cómo era antes su padre», asegura entre risotadas, que descubren la empalizada de una perfecta dentadura. Fiel a los valores rudos del muyik, adiestra a sus hijos en el arte del tiro, que practican con arco y con un fusil automático que cuelga en la casa junto a un icono. Cuando Arseni dispara contra los montículos de leños, el más pequeño llora.
El ex millonario y su mujer se levantan a las seis de la mañana para dar de comer a los animales. Sus hijos duermen un poco más. «Los niños están aquí muy contentos», dice. La frase contrasta con las miradas sumisas y asustadizas de los arrapiezos, que cercan la mesa familiar en silencio. «Andan por aquí con la ropa medio rota y sucia, pero esta suciedad es una pureza comparada con los brillos de Moscú», añade tras apagar el móvil, su único contacto con el mundo exterior. La batería del aparato (que desentona como un reloj de cuarzo en una película de romanos) la carga con ayuda de la batería de un tractor, para el que nos ha pedido que le traigamos una garrafa de gasoil sin refinar.
Los Sterligov educan a sus hijos en los valores de la ortodoxia rusa, sobre todo en «la castidad», asegura el cabeza de familia. Aunque hay un viejo balón entre los charcos, ninguno de ellos sabría decir quién es Ronaldo, Ronaldihno o Beckham. Su mundo exterior llega hasta la rústica valla de madera que cerca el terruño, auténtico «telón de acero» frente al resto del universo.
En las largas tardes de invierno, los Sterligov leen textos religiosos e históricos, «vidas de santos y crónicas antiguas muy interesantes», concreta el patriarca. Las novelas están prohibidas en su casa porque «son embustes». «Nosotros leemos la Verdad», sentencia. A Tolstoi, que vivió retirado en el campo como él, lo considera «un hereje sacrílego, un blasfemo y un enfermo mental con un orgullo monstruoso». Un par de maestros llegan dos veces en semana para dar clase a los niños.
–«¿El dinero no da la felicidad?».
–«No. Conozco a muchas personas ricas, pero ninguna es amo de su dinero. Todos son esclavos de su dinero... El dólar y todas sus normas vinculadas con bancos, impuestos, tarjetas de crédito, cheques..., son mucho más esclavizantes que todo el sistema totalitario de la URSS. Es un campo de concentración capitalista», subraya.
–«¿Qué le parece que un oligarca se gaste dos millones de dólares para que Jennifer Lopez le cante en su fiesta de cumpleaños?».
–«Son enfermos y aburridos. Yo también era así», reconoce. Y sigue fustigándose: «Antes bebía mucho. Cuando me dedicaba a los negocios era un alcohólico. El trabajo fue estresante y había que preocuparse del dinero las 24 horas del día porque estaba en diferentes partes del globo... Me agotaba muchísimo y sentía la necesidad de beber. Cuando abandoné los negocios dejé la bebida», sonríe satisfecho.
Dios y el Diablo. Para él, ver la luz y renunciar a la electricidad fue todo uno. Hace apenas un lustro que se produjo su vuelco místico. Fue a partir del momento en que intuyó que «existe un cielo y un infierno» cuando dejó de ser aquel joven ambicioso e invirtió lo poco que le quedaba en la austeridad de su vida presente. «Lo principal es tener el deseo de cambiar. En ese caso Dios te ayuda, pero casi nadie quiere porque la sociedad tienta con ‘dulces’, con mujeres libertinas, con la televisión, con bares y cerveza... Y por toda esa mierda el hombre se une al rebaño», sentencia. Mientras habla de los «dulces» pecaminosos, se unta un cucharón de cremosa miel de panal en una rebanada de pan negro.
Exponente de una especie de fundamentalismo patriarcal (hoy ha hecho una excepción al dejar que su mujer se siente a la mesa con nosotros), Sterligov sólo tiene una certeza: el único problema de Rusia reside en los millones de abortos que se practican anualmente. «Hasta que Putin no los prohíba por decreto, Rusia caminará hacia su aniquilación. Entonces puede que tenga sentido hablar sobre industria, economía o divisas... ¿Qué fue el secuestro de la escuela de Beslán [donde murieron 334 niños y adultos] comparado con los nueve millones de abortos que hay cada año en Rusia», subraya y escupe al suelo en señal de desaprobación. Con estas soflamas antiabortistas, dio cuerpo a su programa electoral, con el que intentó aspirar al trono de Rusia en la primavera de 2000.
Salió trasquilado. Invirtió una fortuna en la campaña, en ganarse voluntades y en salir en los medios (se inventó una empresa ficticia de ataúdes que le hizo famoso gracias a una escandalosa campaña de publicidad en la que se afirmaba que «todos los caminos conducen a
nosotros»). Sin embargo, la máquina de poder se había puesto en marcha para crear de la nada el «fenónemo Putin» y Sterligov se quedó en la cuneta. Un día antes de formalizar su registro, la Comisión Electoral Central rechazó su candidatura por supuestas irregularidades en el registro. Quería ser presidente, quería llegar a Moscú a lomos de un caballo blanco, pero acabó alejándose sobre uno marrón. Hoy, con la miel del panal en sus labios, sigue rumiando aquella apuesta perdida. «Lo único que lamento es no haber sido presidente».
Fue entonces cuando vendió su casa de cuatro pisos en Rubliovka, saldó todas sus deudas contraídas durante la precampaña electoral y se trasladó al mismo solar donde había vivido la familia de su bisabuelo antes de la invasión nazi de 1941. Cuando hace cuatro años acudió en busca de sus raíces, sólo encontró un árbol... Al principio vivieron en una tienda de campaña militar hasta que construyeron una primera casa, que se quemó en un incendio...
(Para devolver a Magazine a la civilización, Sterligov se vale de un carro de madera tirado por un caballo. Los ejes de las ruedas y nuestros huesos parecen astillarse con cada bache. «Hay que tener valor para subirse al carro de la mística rural», piensa nuestro cóccix).
Cámaras en vivo
Publicado por Kadosh in General
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Una muestra de la vida nacional
Por René Ducker Colín (La Jornada 12 junio 07)
El 4 de junio del presente año, Carolina Aranda Cruz, de 11 años, estudiante de quinto de primaria, fue invitada a dar un discurso en el World Trade Center ante cientos de pediatras y del secretario de Salud. Su discurso terminó con una frase devastadora: "Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia".
Algunos extractos de su discurso son apabullantes; Carolina dice: "¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo, gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los ipods, los simuladores. Además, salvo algunos casos, los jugadores de futbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya, no". Y en otro segmento de su discurso expone: "Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en futbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor universidad de Hispanoamérica, según la revista Time, y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya dé resultados? Un país que no invierte en ciencia y educación siempre será un país pobre. ¿Queremos un México pobre?"
¡Qué les parece! Carolina le dio al clavo, y por demás, pues tiene razón. Ya lo vimos, por poco perdemos en futbol con Cuba, país donde ese deporte casi no se juega, y perdimos con Honduras. Pero ejemplos de ésos abundan en la historia del futbol mexicano.
Por otro lado, cabe mencionar otra vergüenza. El discurso de Carolina sólo tuvo eco en un medio de comunicación escrito y en uno televisivo. La pobreza noticiosa de los medios de comunicación también se evidenció. Y las cosas no cambian. Hace más o menos seis años, tres jóvenes mexicanos ganaron medallas de plata y bronce en una olimpiada científica en Dinamarca, donde compitieron 52 países. Ningún medio de comunicación vio importancia alguna en mencionarlo en algún segmento. Estaban muy ocupados con señalar las medallas de Ana Guevara, de quien también estamos muy orgullosos. Pero tanta diferencia, ¿se vale? Yo pienso que no.
La semana que acaba de pasar Televisa llevó a cabo su foro anual llamado Espacio. Creo que cerca de 5 mil universitarios asisten para escuchar a diversos personajes de la vida académica y política. Entre los invitados estuvo el actual director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks. La ocasión hubiera sido perfecta para hablar sobre los proyectos que tendría el Conacyt para impulsar las oportunidades en la ciencia para los jóvenes, o de las estrategias para desarrollar la tecnología que requiere el país en los próximos años y que podría abrir abanicos de oportunidad para la juventud. Pero no, habló sobre la moral. Yo no tengo nada en contra de la moral, pero hubiera sido moralmente más correcto para el director del Conacyt explicar, presentar o desarrollar temas sobre los cuales cientos de jóvenes en el país están preocupados y que se relacionarían con su futuro como mexicanos con oportunidades.
También la semana pasada ocurrió algo que me llamó la atención, por no decir que me sorprendió sobremanera. Y esto fue la noticia destacada, también en pocos medios, de que el subcomediante Marcos estaba criticando las acciones del jefe de Gobierno del Distrito Federal en contra del crimen organizado, llamando despojo a las expropiaciones. O sea, si bien entendí las notas, procurar romper las redes de corrupción de delincuentes es despojo. Quedo con un poco de desorientación. Sería bueno preguntarle a Marcos si lo que ocurre con el Auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se le denomina "despojo" o "expropiación".
En fin, estimados lectores, como pueden ver, en nuestro país tenemos mucho que deplorar, mucho de qué sonrojarnos y mucho que dejar de arropar.
Destino (Disney/Dalí)
Publicado por Rodas in Animaciones
Dirección: Dominique Monfery
Guión: Salvador Dalí y John Hench
Duración: 7 minutos Francia, USA, 2003
Arriba algunos fragmentos de Destino
Colaboradores inside
Debajo de ese aire dark que tiene Peralta se esconde un sensible e incomprendido ser humano. El video que nos prestó su hermana para demostrarlo es contundente :) :
Eco y los mediums
Publicado por Ventus in Metertextos on 25 junio 2007
Si vuestra situación económica no es satisfactoria y queréis cambiar de trabajo, el oficio de vidente es uno de los más lucrativos y (contrariamente a lo que podáis pensar) de los más sencillos. Basta con tener ciertas dosis de simpatía, una mínima capacidad para entender a los demás y cierta falta de escrúpulos. Pero aun sin poseer estas cualidades, la estadística siempre trabaja a vuestro favor.
Intentad el siguiente experimento: acercaos a una persona cualquiera, incluso elegida al azar (aunque siempre ayuda que la persona esté predispuesta a comprobar vuestras facultades paranormales). Miradla a los ojos y decidle: «Siento que alguien está pensando intensamente en usted, es alguien a quien no ve desde hace muchos años, pero que en otro tiempo amó muchísimo, sufriendo porque no se sentía correspondido... Ahora esta persona se está dando cuenta de lo mucho que le ha hecho sufrir, y se arrepiente, aunque comprende que es demasiado tarde...». ¿Hay alguien en el mundo, a no ser un niño, que no haya tenido en el pasado un amor desgraciado, o al menos no suficientemente correspondido? Veréis como vuestro interlocutor será el primero en ayudaros y en colaborar, diciéndoos que ha identificado a la persona cuyo pensamiento estáis captando con tanta nitidez.
También le podéis decir a un individuo: «Hay una persona que lo infravalora, y va hablando mal de usted, pero lo hace por envidia». Es muy difícil que ese individuo os responda que es admiradísimo por todo el mundo y que no tiene ni idea de quién es esa persona. Más bien estará dispuesto a identificarla inmediatamente y a admirar vuestras capacidades de percepción extrasensorial.
O bien afirmad que podéis ver junto a vuestros sujetos los fantasmas de sus seres queridos desaparecidos. Acercaos a una persona de cierta edad y decidle que veis junto a ella la sombra de una persona anciana, que murió del corazón. Cualquier individuo vivo ha tenido dos padres y cuatro abuelos y, si tenéis suerte, incluso algún tío o padrino o madrina queridísimos. Si el sujeto tiene cierta edad es muy fácil que esos seres queridos estén ya muertos, y de un mínimo de seis difuntos forzosamente ha de haber uno que haya muerto por insuficiencia cardíaca. Si no tenéis suerte, como habréis tenido la prudencia de abordar al sujeto entre otros también interesados en vuestras virtudes paranormales, decid que tal vez os habéis equivocado, que el que veis quizá no es un pariente de vuestro interlocutor, sino de alguna otra persona que está cerca. Es casi seguro que uno de los presentes empezará a decir que se trata de su padre o de su madre, y en ese momento ya lo tenéis, podéis hablar del calor que emana esa sombra, del amor que siente por el o la que ya está dispuesto a dejarse convencer de lo que sea...
Los lectores astutos habrán identificado las técnicas utilizadas por algunos personajes carismáticos que aparecen incluso en programas de televisión. No hay nada más fácil que convencer a un padre que acaba de perder al hijo, o que llora aún la muerte de la madre, o del marido, de que aquella alma de Dios no se ha disuelto en la nada y que todavía manda mensajes desde el más allá. Insisto, hacer de médium es fácil, el dolor y la credulidad de los otros trabajan a vuestro favor.
A menos, naturalmente, que haya por allí cerca una persona del CICAP, el Comité Italiano para el Control de las Afirmaciones sobre los Fenómenos Paranormales, sobre el que podéis encontrar más información en http://www.cicap.org/, o leyendo la revista Scienza & Paranormale
Los investigadores del CICAP van a la caza de fenómenos que pretenden ser paranormales (desde los poltergeist a la levitación, de los fenómenos de médiums a los círculos en los campos de trigo, de los ovnis a la rabdomancia, sin olvidar fantasmas, premoniciones, tenedores que se doblan con la fuerza de la mente, lecturas del tarot, vírgenes que lloran, santos con estigmas, etc.) y desmontan su mecanismo, muestran el truco, explican científicamente lo que parece ser milagroso, a menudo reconstruyen el experimento para demostrar que, conociendo los trucos, todo el mundo puede convertirse en mago.
Dos sabuesos del CICAP son Massimo Polidoro y Luigi Garlaschelli, que ahora publican conjuntamente (aunque recogiendo textos de otros colaboradores del CICAP) Investigatori dell'occulto. Dieci anni di indagine sul paranormale (Avverbi, Roma), en el que (si no sois de los que lloran cuando descubren que Papá Noel no existe) leeréis muchas historias divertidas.
Pero dudo a la hora de hablar de diversión. El hecho de que el CICAP tenga tanto trabajo significa que la credulidad está más extendida de lo que creemos, y a fin de cuentas de este libro circularán unos miles de ejemplares, mientras que cuando Rosemary Altea aparece en televisión jugando con el dolor ajeno, la ven millones y millones de personas. ¿A quién se le puede reprochar diciendo que así se deseduca a la gente? La audiencia es la audiencia.
El autor
Umberto Eco (Alessandría 1932) es catedrático de Semiótica y director de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de la Universidad de Bolonia. Conferenciante, articulista, novelista... es uno de los intelectuales europeos más prestigiosos. Su obra ensayística cimentó su prestigio como destacado pensador atento a la actualidad. Entre sus ensayos más destacados, podemos encontrar las obras Apocalípticos e Integrados (1965), Tratado de semiótica general (1975), Lector in fabula (1979) Semiótica y filosofía del lenguaje (1984) y Los límites de la intepretación (1990). Eco se inició como narrador en 1980 con El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault, entre otras novelas que le han granjeado miles de lectores en todo el mundo.
El texto es un fragmento del libro de Umberto Eco: A paso de cangrejo. Artículos, reflexiones y decepciones 2000-2006. Trad. de María Pons. Editorial Debate. Barcelona 2007. 496 páginas. 24,90 euros.
Curso de "Telepatia"
Publicado por Ventus in En video on 22 junio 2007
Kadosh, me presto (¿o me regalo?) un libro Titulado:
La Telepatía... es fácil
No olvide el ambiente, sus viajes por la India, etc... A pesar de ello "sólo lo he conseguido, y no siempre, con un amigo, de momento (diga su nombre, el Sr. Pozuelo, por ejemplo)" Hágase de rogar, exprese el gran esfuerzo que supone... y ceda.
Ventus
Rodas: Publicidad
Publicado por Ventus in Con su mismo on 20 junio 2007
Ventus
Interpretaciones
Publicado por Ventus in Metertextos on 19 junio 2007
Hay convicciones producto del aprendizaje cultural e ideológico, estas pueden ser apoyadas por argumentaciones razonadas y se prestan a la contrastación por lo tanto merecen la atención y respeto, pero cuando esas convicciones provienen, son manejadas y defendidas únicamente por el “sentir” “la intuición” “el corazón” se dificulta, porque se desarrollan prejuicios que conducen a conductas dogmáticas y sectarias.
En resumen: Se pretende que por convicción que tenga la gente por ejemplo crea que existen los ángeles… Estos serán reales.
Ejemplo:
¿Cómo voy a conocer ángeles si tengo la mente cerrada?
Clic en el dibujo para ir al sitio.
Antes del: “Nadie me va a cambiar”, es aconsejable la revisión de las propias convicciones, trabajar desde ellas mismas, pasarlas por una postura de crítica racional, si se llegan a sostener estarán más reforzadas sino, se cambian, tengo la convicción que esto es posible.
Coherencia
Todo lo anterior escrito puede por lo tanto someterse a la misma critica.
Ventus
Marketing de guerrilla
Publicado por Rodas in Con su mismo


La primera foto es una estrategia para promocionar la pelicula Kill Bill en los baños de algunos centros comerciales de la India.
La segunda es una campaña por parte de una institucion ambiental en Malasia.
La tercera es una campaña de la libreria "Gandhi" lanzada en México.
La cuarta es una campaña del detergente "Alce" en Chile.
Si quieres seguir viendo ...
¿Dónde está "el Musa"?
Publicado por Kadosh in General on 14 junio 2007
Los trolls pueden ser también, en algunas circunstancias, una fuente de humor genuino, lo que depende íntegramente de si el troll es bueno o malo. Suele ser bastante fácil señalar la diferencia entre tales acciones: un troll malo recurre sólo a débiles argumentos manidos, mientras uno bueno creará un perspicaz conjunto de argumentos que arrastre a la gente en astutos giros proporcionando un hilo de humor non sequitur.
Si lo encuentran, díganle que ya se deje de payasadas y comente como sólo él sabe (ah, y que se le quite lo maricón, aunque eso es imposible).
En corto #1
Publicado por Kadosh in En corto on 13 junio 2007
- A Felipe Calderón le tiemblan las piernas: los ciudadanos estadounidenses podrán ingresar al país con cualquier identificación que los acredite como tal. Como diría Trino en uno de sus monitos: "No tienes los huevos Felipe".
- Polvora Negra avisa de una página en la que puedes ver peliculas y series online.
- Leí que Beethoven fue el primer defensor de la "piratería" en la música.
- ¿Cómo sueñan los ciegos?
- Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokai-whenuakitanatahu o Taumata teapokai akitanatahu, es el topónimo más largo del mundo: o puedes decir simplemente Taumata. Hay que aprenderselo, no vaya a ser que alguna vez lo pregunten.
- The Beatles+Metallica= Beatallica. No se si ponerlo como un WTF! o como música, el caso es que existen y en su página pueden escuchar este "nuevo proyecto".
- En otras cosas, Irán condenó al Gobierno Británico por condecorar a Salmán Rushdie como Caballero del Imperio; hablamos del escritor de los Versos Satánicos obra por la que una fatwa lo condenó a la pena de muerte desde ese entonces y sigue vigente.
- Aurora Bitzine, es una revista electrónica de Fantasía y Ciencia ficción a la que pueden mandar sus textos y/o descargar los números anteriores para darle una hojeada.
- Por último, debo comentar sobre un post interesante que encontré en un foro, el cual nos habla del engaño de los bancos, muy interesante para aquellos que no sabemos mucho sobre números pero que bien sufrimos por ellos.
George Best: ¡El quinto Beatle!
Publicado por FAUSTO in Dios es redondo on 11 junio 2007
Una de las anécdotas mas curiosas de este futbolista sucedió al medio tiempo en un partido que su equipo - El Manchester United- ya ganaba; Best aposto con un compañero en el vestidor que, después de que entraran al campo y movieran la pelota, iba a meter un gol sin que el rival la tocara. El resultado fue que Best se quitó a un par de rivales, disparó al arco y gano la apuesta…
Disfruten de uno de esos pocos casos que el fútbol da y por los cuales vale la pena este deporte:
El fútbol según Valdano
Publicado por Kadosh in Dios es redondo on 10 junio 2007
Quien se emocione con las tácticas, que levante la mano
Demos un paseo por la sección "fútbol del siglo pasado" para ver el desfile de caras amadas. Ahí está Di Stéfano, con sus gritos de general acorralado, al que el campo de juego se le quedaba pequeño; y está Pelé, con su fútbol divino y una eficacia de 1284 goles; y por supuesto Cruyff, gobernador altivo de la última revolución hermosa que disfrutó el fútbol - hubo otras no hermosas; y Maradona, claro, el hombre que nació con un balón pegado al pie izquierdo. Y Beckenbauer, y Platini, y Van Basten... todos le encontraron la vuelta al balón.
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- También al fútbol lo atacó el bacilo de la eficacia y hay quien se atreve a preguntar para qué sirve jugar bien. Resulta tentador contar que un día osaron preguntarle a Borges para qué sirve la poesía y contestó con más preguntas: ¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café? Cada pregunta sonaba como una sentencia: sirve para el placer, para la emoción, para vivir.
- ¿Un rival sin interés atacante? Es como intentar hacer el amor con un árbol.
- Mi profesión se desarrolla al aire libre, repito, libre.
- Ganar queremos todos, pero sólo los mediocres no aspiran a la belleza. Es como pretender elegir entre un imbécil bueno o un inteligente malo.
- Hay dos tipos de espectadores: aquellos que aman el fútbol y aquellos que aman la moda o el fenómeno social. Estos últimos son los peligrosos.
- Si te agreden es porque eres bueno, porque te temen. Esa ilógica es la implacable lógica del enemigo y está registrada en el código de conducta más elemental del hincha de cualquier parte. Apunta al ánimo del adversario, pero sólo hace diana en los pobres de carácter.
- Las piernas de esos gladiadores en miniatura son palancas cortas que permiten un freno y aceleración violenta; el bajo centro de gravedad les facilita el equilibrio. Pasan de 0 a 100 y de 100 a 0 automáticamente, y en fútbol sólo la fantasía y la habilidad sorprenderán tanto como un buen cambio de ritmo.
Citas| CMMORERES
El Guggenheim, expansión imperial disfrazada de fomento cultural
Publicado por Kadosh in Articulos, Dr. Páramo-Ortega, Guadalajara, Politica on 07 junio 2007
El 27 de abril pasado el Ayuntamiento de Guadalajara concretó el primer paso para realizar la obra, donando al Fideicomiso Guggenheim de México el terreno de 64 mil 413 metros cuadrados del Parque Mirador Independencia, sitio donde se ubicará la torre de 26 niveles que costará aproximadamente 285 millones de dólares.
El principal argumento para justificar el gasto de construcción que colocará a este como el museo Guggenheim más caro de los cinco que ya existen (Bilbao, Nueva York, Venecia, Berlín y Las Vegas), es que servirá como un detonante para el desarrollo de la zona norte de la ciudad, una de las más olvidadas por las administraciones tapatías.
Los 25 mil 600 metros cuadrados de acero,
concreto y cristal que conformarán el edificio, ubicado a poca distancia de donde se levantará la cortina de la presa de Arcediano, parecen tener el aval de quien lo menciona, sin embargo, un asunto de tal magnitud merece mayor reflexión e investigación. Justo a eso invita la voz de Raúl Páramo Ortega (ciudad de México, 1935), psicoanalista mexicano con más de 100 publicaciones en su haber, muchas de ellas en alemán, discípulo de Igor Caruso y cofundador del Círculo Psicoanalítico Mexicano y del Grupo de Estudios Sigmund Freud.
Con agudeza, este hombre que vive entre libros y continúa a diario con su formación, levanta algunos velos que han sido olvidados en la necesaria discusión sobre las implicaciones que tendría construir un museo como éste en Guadalajara.
–¿Qué aspectos sobre este proyecto se están quedando de lado y sería necesario tomar en cuenta?
–Me interesa, desde luego, la promoción de la cultura, y aunque evidentemente no conozco suficiente sobre la Fundación Guggenhein, lo que conozco me da pie a reflexionar y a invitar a periodistas a profundizar en algunos lados sospechosos y oscuros de la riqueza Guggenheim, entre otras cosas que es necesario tomar en cuenta.
“Según parece, además del dinero con que ya contaba el suizo Solomon Guggenheim, el impulso básico de su riqueza posterior proviene de la explotación de plata en Zacatecas; parece que hubo convenios poco claros con Porfirio Díaz, en 1888 o 1889. Entonces, el periodismo de investigación podría hurgar un poco más en toda esta música de fondo de una institución que pretende presentarse como la promotora altruista de la cultura total, cuando, en realidad, parece ser una mezcla de los siguientes factores: expansionismo cultural, supuesto altruismo, cultura verdadera y, no en último término, espíritu empresarial contante y sonante.
“Yo creo que, sobre todo concretando un poco aquí el plan en Guadalajara, más que promotores de la cultura, especulan con ella en el sentido de hacer un maridaje entre la promoción de cultura y la especulación con el suelo, plusvalía a secas. Es decir, quieren acrecentar los valores del suelo y negocios colaterales. En ese sentido, creo que la Guggenheim se puede catalogar como una expresión de la expansión imperial que, de algún modo, lava la consciencia con el buen ropaje de hacer ante todo labor cultural. Hay mucho que investigar por ahí; estos datos aislados son dignos de una investigación mayor.
“La fundación Guggenheim se originó en 1937, y en 1959, en Nueva York, se estableció el primer museo, supuestamente como el “templo del espíritu”. No estoy muy seguro de que sea precisamente un “templo del espíritu” un edificio de tales características; es una forma muy americana de entender la cultura y tengo mis dudas respecto al aceptar el liderazgo cultural sospechoso de expansionismo y lava consciencias, precisamente por su corte mercantilista que tiene repercusiones profundas en la vida cultural de una ciudad, incluso en la de una nación.
“Casos análogos, aunque en otra escala, los vimos en ocasión de la llamada Biblioteca Vasconcelos, que fue un fracaso total porque de antemano tenía características un tanto semejantes, en realidad tenía fines políticos. Toda proporción guardada con este tipo de proyectos. En ambos casos, el del Guggenheim y la Vasconcelos, creo que hay elementos de expansión cultural sospechosa… espuria.
“Existe el antecedente de que en Río de Janeiro ya fracasó un proyecto tal por la protesta del pueblo y de algunos intelectuales que lograron ver la disparidad abismal entre la supuesta gran cultura y la pobreza total de un pueblo hundido en la incultura y el analfabetismo. México presenta características semejantes a las de Brasil. México requiere mil otras zonas de promoción cultural y de trabajo básico, sólido, que permitiese, en todo caso de aquí a ‘x’ años, trabajar esos sectores de la cultura más bien ligados a la arquitectura, a la pintura y a la escultura”. “Creo que se debe trabajar en la educación del pueblo, educación en el sentido más amplio. El término alemán es Bildung: crecimiento de la personalidad total a base de introducir, a través del alfabeto y de los libros, un pensamiento crítico, independiente, que abarque el desarrollo global del hombre. En todos esos campos básicos hay mil cosas que hacer antes de gastar 285 millones de dólares en el proyecto Guggenheim de Guadalajara. Creo que hay una falsa concepción de base de lo que es educación y cultura de un pueblo.
“De algún modo, el proyecto Guggenheim, hasta donde yo entiendo, más bien parece empezar de arriba a abajo en lugar de abajo hacia arriba”.
–¿En qué sentido?
–En el sentido de que la nación mexicana, el pueblo de Jalisco, la ciudad de Guadalajara requiere trabajar la cultura, promover la cultura desde las bases: alfabetizar, promover la lectura, promover el Bildung, el desarrollo general de las capacidades humanas que pueden, desde luego, desembocar en altos niveles de desarrollo artístico; pero no pretender de algún modo imponer altos niveles de desarrollo artístico –escultura, pintura, etcétera– a un pueblo que no está en condiciones, sino que está hambriento de salir de ese abismo de neblina mental por la desnutrición del espíritu.
–También llama la atención el lugar donde lo quieren hacer, una zona de las menos desarrolladas de la ciudad.
–Creo que ahí se asoma el interés de la plusvalía y los negocios colaterales. Desde el punto de vista psicoanalítico es una especie de delirio de grandeza compensadora de la pobreza; como el “templo del espíritu” construido en Nueva York. Eso nos recuerda los delirios de grandeza y el intento de Hitler de fundar la ciudad Germania. Delirios de grandeza con tintes fascistoides, de exaltación desorbitada, de propaganda, supuestamente en nombre de los valores más altos del espíritu. Hay una anécdota respecto a Germania, que era también un proyecto cultural y urbanístico con tintes delirantes; Speer, el arquitecto de Hitler, le pidió a su padre, que también era arquitecto, que lo acompañara a una reunión con Hitler. El padre de Speer, Albert Speer, estaba estupefacto, le pareció ver delirio, desfase, espíritu de conquista imperial sobre todo el continente europeo, presentando como tarjeta de presentación cultural una urbe, Germania, como centro del espíritu, de la cultura y de lo más sublime del arte. Toda proporción guardada, desde luego, a lo que vemos en las actividades de la Guggenheim.
“En fin, hay mucho que investigar, yo no puedo sustituir al periodismo de investigación, yo reflexiono sobre la cultura”.
–Dentro de estas reflexiones y por lo que acaba de decir. ¿Podría pensarse que gobiernos que tienen problemas de confianza y credibilidad aprueban este tipo de proyectos para obtener un aval cultural?
–Yo creo que sí. Empresarios convertidos en políticos, o políticos convertidos en empresarios, necesitan también avalarse con una supuesta amabilidad y aparente apertura a la gran cultura o a la alta cultura, cuando en lo personal suelen ser sujetos cuyo bajo nivel cultural puede traslucir en sus proyectos y enfoques mismos. Yo quisiera conocer más los detalles, soy consciente de que quedan muchos cabos sueltos y muchos asuntos que averiguar con más detalle. No puedo tener por ahora una idea exacta de todos los planes que tiene, pero me suenan sospechosos.
–Tal vez no conocemos los hechos en sí o los datos concretos a los que usted se refiere, pero se pueden identificar signos o síntomas de todo esto.
–Sí, sí. Signos como el origen oscuro de la riqueza inicial, la ubicación, la plusvalía del terreno, los negocios colaterales, la cultura como tarjeta de visita para avalar cualquier delirio de grandeza, la “gran” cultura como distracción de problemas abismales...
–¿Estos signos –el terreno, la plusvalía, el lugar de ubicación– pueden ser muestra de que se le está dando a la cultura otro valor?
–Se mercantiliza la cultura. Quién va a negar que sea bueno mover dinero, hacer construcciones; pero que no se confunda o se crea que eso es promover la cultura. Que no se utilice como pretexto la cultura. Si se quiere promover la cultura hay muchas otras tareas urgentes y graves para sacar a la población del marasmo en que se encuentra. No se va a salir de él por ver cuadros de Kandinski.
–¿Entonces cuál cree que sea el sentido o el fin de mercantilizar así la cultura?
–Creo que en conjunto la Guggenheim es producto del “sueño americano”. Son nuevas reverberaciones del “sueño americano”. Han logrado expandirse, tienen construcciones e instituciones en Berlín, en Bilbao, fracasó la de Río y ahora están queriendo establecerse en México. Hay mucho que reflexionar e investigar, porque se puede llegar a un concepto equivocado de lo que puede ser educación y cultura.
–Que de por sí en México no lo tenemos muy claro…
–Creemos que si vamos a París tenemos que visitar museos forzosamente, y nuestro bagaje cultural no nos ajusta para aprovechar la visita de un solo museo. No estoy en contra de los museos, estoy simplemente señalando que no se confunda adquirir cultura –mejor dicho, cultivarse– con visitar un museo, sobre todo desde la plataforma de nosotros como mexicanos, con esos serios rezagos de cultura. Y sobre todo si esto va en detrimento de las otras necesidades culturales y educativas de la nación.
–Parece haber un discurso doble del gobierno. Por un lado promueven estas obras multimillonarias, que incluso se manejan en dólares, y por otro se rebaja el presupuesto de la educación.
–Claro. Es una de las cosas que da en cara, que nos dejemos llevar por el expansionismo cultural y financiero norteamericano. Se angostan los presupuestos donde haría falta ampliarlos. Se amplían donde en realidad cumplen otros fines lejanos a lo educativo.
–El 18 de mayo pasado hubo en la ciudad un foro de consulta para la integración del Plan Nacional de Cultura, el tema fue el mecenazgo, y ahí Jorge Hierro Molina, director ejecutivo de Relaciones Institucionales de Banamex afirmó que entre los empresarios la filantropía no existe, que todo es cuestión de imagen y presencia. ¿Qué implica entonces el mecenazgo de los empresarios?
–Buscan presencia y propaganda barata. Y no sólo eso, permitiéndome una comparación con el término “lavado de dinero”, sería lavado de consciencia.
“Obtienen mucha más ganancia a través de esa propaganda y ese “lavado” que lo que invierten en cultura. En cierto modo la cultura se pervierte cuando entra el mecenazgo y el apoyo oficial. Las grandes obras de la humanidad en la ciencia y en el arte generalmente han surgido sin mecenazgos. El mecenazgo compra y pervierte la actividad creativa generalmente. La actividad creadora debe brotar de una pasión y una necesidad, no de un cumplimiento de deber instaurado por instancias económicas de fuera”.
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Publicado por Kadosh in Imagen
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