Crímenes ejemplares (Playstation y otros demonios)

Estaba a punto de ganarle a ese hijo de la chingada, pero tenía que cruzarse aquel mocoso que se la pasaba diciéndome papá. No tuve otra opción que aplicarle un Fatality.

Suena a uno de los crímenes ejemplares de Max Aub, a quien Publio reseñara en otro lugar. Y bien podría serlo, si hubiera vivido lo suficiente para conocer los videojuegos. La cuestión es que el lector de los Crímenes (Decoloren los considera un subgénero literario) establece un pacto con el autor donde declara la verosimilitud de los asesinatos, a sabiendas de que no son reales o que, por lo menos, el narrador de tal crimen no tiene un referente empírico a nivel extratextual (términos burdos: no existe tal asesino en la vida real).
Ahora bien, la cuestión cambia un poco si les digo que aquel crimen que narré al inicio sucedió realmente. Y bueno, no es sólo un decir.
Luigi D.G., el joven dominicano acusado de matar a su hijastro porque no le dejó acabar una partida en la consola, reconoció ayer [8 de julio] los hechos y manifestó que "si no hubiera tenido la Play (en referencia a la videoconsola) no habría pasado nada" (Tribuna latina)
No pretendo justificar las acciones del tal Luigi, pero creo que todos los jugadores de videojuegos estarán de acuerdo en que esto sobrepasa el término "accidente". Desde hace ya mucho tiempo que los videojuegos no sólo forman parte de nuestra sociedad, sino que también forman parte de un encarnizado debate sobre la posible afectación que pueden llegar tener en los niños. Si bien la violencia aumenta y algunos estudios (y otros incidentes similares) han pretendido ratificar la agresión que crece de manera exponencial en los usuarios, también se ha hablado sobre los beneficios que representa el juego para un niño, i.e., agilidad en razonamientos de tipo matemático y mayor abilidad para la resolución de problemas.
Bien, aquí no nos interesan tanto estas cuestiones sobre la maldad inherente a los videojuegos o los beneficios de los mismos. La moral no me preocupa demasiado. Sin embargo, lo que me preocupa son los grupos de ultraderecha (en Guadalajara casi no abundan) que existen por ahí. Buscando un poco encontré una especie de asociación de Madres en contra de la adicción y la violencia en los videojuegos (MAVAV, por sus siglas en inglés). Si tienen uno de esos ratos de ocio en que dicen: "Mmm, qué nueva estupidez puede rondar la Internet", visiten la página de esta asociación. O se ríen, o se molestan o ambas.

Imágenes Vía CINEyBSO

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    # by Deco - 15 de julio de 2008, 8:21 a.m.

    Efectivamente, esto parece salido de la pluma de Max Aub, no sólo por el hecho mismo, sino por la forma en que aplicas al principio del artículo, con gran estilo y precisión, las características de este peculiar subgénero literario.
    Y en referencia a estas madres (me refiero a las mamás de esta asociación en contra de los videojuegos) considero que ellas también podrían protagonizar un "crimen" si llegan al extremo, dado que entre las características principales de estos personajes que crea Max Aub podemos encontrar un alto grado de intolerancia y la irracionalidad o falta de reflexión unos momentos antes de actuar.

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    # by Nástenka - 16 de julio de 2008, 7:29 p.m.

    El comentario que haces es sugerente y, lo peor de todo, posible. Lamentablemente, Max Aub no vivió lo suficiente para reírse de nosotros y de nuestro mundo y no me parece una mala idea continuar sus "Crímenes" en el contexto actual, por ejemplo, se me ocurre: "Grabación: 'Ya las vemos, ahorita les damos no se apure, cambio y fuera'. Al copiloto: 'La verdad yo no me quiero morir pero prefiero cualquier hurí a mi mujer'. Fin de la grabación.
    Creo que voy a hacer algo a este respecto pero primero necesito que nos regales una buena definición del "Crimen" como género literario, tú que eres experto en Max Aub.
    Gracias por el comentario.

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    # by Kadosh - 17 de julio de 2008, 5:28 a.m.

    "Tú, que eres expertO en Max Aub" ESE Deco es tremenDO a veces no?

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