Ricardo Sigala

Yo siempre he creído (y él nunca lo ha desmentido) que Ricardo Sigala tiene una imagen de director de orquesta o, por lo menos, de músico pero no de escritor.
La primera vez que vi a Sigala no creí que fuera él. No tenía cara de Sigala ni porte de Sigala y su mirada de taumaturgo en suspenso reflejaba ese punto medio entre la carcajada contenida y la sorna declarada. Inevitablemente recordaba el "Encuentro con Enrique Lihn" y repetía de nuevo: "Sigala ya no se parece a Sigala sino a un actor de Hollywood, pero al mismo tiempo era Sigala, aunque ya no se pareciera a él". Resulta que estaba equivocado.
La voz narrativa de Ricardo Sigala es una más de esas voces olvidadas por los tapatíos, e incluso por él mismo. Máximas artificiosas, proverbios insoslayables y sentencias de crudeza tal que amoratan al lector endeble, inundan sus Paraíplos, los cuales he tenido oportunidad de releer recientemente.
En el mundo de oficina de este simpático personaje en la fotografía surge una pregunta sincera, lógica y extraña: ¿Dónde ha quedado el paraíso? Viajeros, habitantes y moradores imposibles conviven en este libro donde la mitología griega y la cristiana se reúnen para gestar el jardín del Edén.
Al entender la "antitrama" de la novela poética de Sigala, es oportuno el recuerdo de aquel "Cuento futuro" de Leopoldo Alas "Clarín" donde se narra la historia del fin del mundo y cómo los únicos dos sobrevivientes (incluido el asesino de la humanidad) encuentran el dichoso jardín prohibido y...bueno, la historia vuelve a repetirse. Pero, a pesar de esa engañosa indumentaria de escritor y de su cercano parentesco con el misterioso animal descrito por Arreola, Sigala no narra el fin, ni el inicio, ni las partes intermedias; no narra nada. Por eso "más de alguno en el camino ha preguntado por la región llamada Ningún Sitio".
Las páginas de los Paraíplos despiden un hálito cercano a la melancolía o la añoranza, pero Sigala no cuenta nada. No es él quien está a cargo de la narración. Hombres, ángeles, leviatanes, behemoth, anfisbenas, grifos, chalkis, gimnosofistas, criaturas varias componen y convergen en un mundo que sólo puede llamarse Paraíplos. Pero estos periplos no están destinados, ni dirigidos, ni llevados a cabo por ninguna de estas criaturas; es el peris el que prevalece a lo largo del libro, paraipleros somos todos los lectores, habitantes de esa doble cotidianidad que componen el mundo cotidiano y la literatura: "El hombre inmortal que por alguna razón ha alcanzado el emblema de edenita, piensa siempre en otro mejor lugar, quizá en otro imposible paraíso, si es queaún conserva algo de hombre".
Asesor de Clandestino. El opúsculo (Revista literaria del TEC de Mty), miembro del consejo editorial de la revista Reverso, autor de los libros Periplos. Notas para un cuaderno de viajes (Ed. Plenilunio, 1995) y Paraíplos (Arlequín, 2001). Juez de varios concursos literarios, tallerista, editor de la Gaceta del CuSur de la Universidad de Guadalajara y director del departamento de Letras del mismo centro, Ricardo Sigala es uno de esos tantos anti-iconos que deambulan las callejas tapatías con la misma avidez que un caracol salado. Pero es uno de esos caracoles dignos de la pluma de Günter Grass.




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    # by Julia - 4 de octubre de 2009, 5:41 a.m.

    Voy años búscando Periplos. Notas para un cuaderno de viaje. Y en todo Guadalajara no saben de qué hablo, ni de quién hablo. Al menos en la búsqueda me tropecé con Paraíplos.
    ¿Dónde encuentro Periplos. Notas...?

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    # by Nástenka - 8 de octubre de 2009, 10:09 p.m.

    Estimada Julia, gracias por el comentario y disculpa la demora en responder. Lamentablemente, el buen Sigala está más olvidado por el mismo que por los que lo leemos y conocemos. Jamás he tenido la oportunidad siquiera de VER alguna edición de Periplos y he llegado a pensar que puede tratarse de algún juego literario por parte de Ricardo. De cualquier manera, el único fragmento que conozco y que he visto "difundido" en la red es el que aquí te transcribo extraído de la revista Clandestino, el opúsculo: "Mitologías 1. Algunos marinos aseguraban haber visto en medio de la mar a dos seres hacer el amor en la cresta de las olas, otros decían que era una sola criatura mitad delfín, mitad gaviota. Combinaciones similares abunda en las antiguas historias y mitologías, pero lo que hace particular esta historia es que la criatura amorosa se asimiliaba al abrazo eterno, poseía dos espaldas. Nunca nadie pudo ver el frente del animal. Todas las noches los marinos hablan del monstruo de las dos espaldas, toman otra botella de vino, se sienten muy solos".
    Espero que este fragmento te ayude en tu periplo hacia los Periplos de Sigala.

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    # by Anónimo - 26 de julio de 2011, 9:16 a.m.

    si existe , Periplos yo lo tengo ...

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    # by Anónimo - 19 de enero de 2012, 10:45 p.m.

    Julia, Nástenka, tengo un par de Periplos que he recuperado accidentalmente. Si gustan pongámonos en contacto se los puedo obsequiar.
    http://www.facebook.com/profile.php?id=552591401

    Por cierto gracias por sus comentarios tan generosos.
    Ricardo Sigala

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    # by Julia - 26 de enero de 2012, 3:25 a.m.

    Hey!
    Gracias.
    Me he puesto en contacto.
    Hasta la respuesta.
    Saludos.

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