El capitalismo genera infelicidad

José Díaz Betancourt realizó una entrevista que apareció en el número 481 de la Gaceta Universitaria, editada por la Universidad de Guadalajara. La entrevista fue al Doctor Raúl Páramo Ortega, de quien hemos comentado sobre su último libro El Psicoanálisis y lo social en el podcast. Me pareció interesantísima la entrevista, a continuación un extracto y al final el enlace para descargarla toda en formato pdf:
"Su penthouse es una pequeñauniversidad psicoanalítica. En un rincón,la fábrica de libros: la computadora, frente a un sillón mullido evidencia las largas horas de producción “libraria”. En la sala aledaña, a la que se llega con cuidado de no pisar la pila de libros dispersos por todas partes, está el insigne diván donde la clínica cotidiana precisa alfombras, tapetes, comodidad, intimidad. El teléfono está vetado, la luz es tenue y detrás de las cortinas se aspira la libertad de un jardín. Las escaleras llevan a la biblioteca. Es inmensa y temáticamente centrada en la especialidad del dueño, casi intraducible por la gran cantidad de libros en francés y alemán. Al centro, una gran mesa que no es comedor, sino el sitio de conferencias fraternas, con acceso exclusivo para pupilos avanzados. Es el consultorio, biblioteca y oficina de Raúl Páramo Ortega. Una veintena de libros avalan su especialidad psicoanalítica. Todos ellos aparecen con frecuencia traducidos al alemán. Su producción es mejor conocida en el viejo continente que en la ciudad. El último, publicado por la Universidad de Guadalajara y la Universitat de Valencia, lleva por título El psicoanálisis y lo social. Ensayos transversales.

En su ensayo “La tortura”, ¿se puede estimar que hay una psicopatología gubernamental cuando vemos que no se hace mucho para combatir esta práctica y erradicarla, que sería lo ideal? Parece que no podemos esperar mucho de algunos cambios de actitudes en los gobernantes.
Se trata de prácticas de gobernantes analfabetas o de gobernantes de un nivel ético extremadamente pobre. Erradicar la tortura implica adquirir un nivel ético general social,
que tenga como principio básico la compasión, evitar el sufrimiento del otro y convertir su combate en norma, en hábito, en costumbre. No hacerlo es indicio de un nivel ético notablemente bajo, insertado en un catolicismo que ofrece una ética de premios y castigos. Tendría que presentarse el sentimiento de compasión hacia los demás, que es el antípoda de la tortura. La compasión es evitar el sufrimiento del otro y la tortura, procurar el sufrimiento del otro."


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Vía: Gaceta Universitaria


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